Extingamos para siempre el gravido dolor.
Que ningún usurpador
profane nuestra unidad.
Rescatemonos de ruinas miserables,
sintiendo la verdad incontestable,
de estar en nuestro hogar.
Nuestras pieles homogéneas al contacto,
sincronizan la química y la sublimidad
de nuestra naturaleza.
Desarmandonos completamente,
edificando nuestra gloriosa anexión.